el mejor pan sin gluten casero representado por dos trozos de pan sin gluten deliciosos

¡Hola corajud@! Hoy toca hablar de un tema que levanta ampollas, pero no de las de ir al fisio, sino de esas que te salen después de gastarte un pastizal en el supermercado por un pan sin gluten o productos sin gluten que, se supone, te va a cambiar la vida… y que resultan ser una trampa de almidones refinados y vacío nutricional. Menuda desilusión, ¿verdad?

Pero don´t worry, que hoy vengo con la solución definitiva para que te hagas en casa el mejor pan sin gluten casero de la historia!!. Y lo hago copiando y compartiendo a la crack Lucía Gómez de “Cocinando tu Cambio”, que justo acaba de dar un taller que deberías ver con cariño y atención. Si no lo viste, tranqui, que aquí te lo desmenuzo para que no te pierdas ni una miga.

Desmontando el mito del pan sin gluten industrial

Antes de ponernos con la receta, hablemos claro: esos panes sin gluten que parecen tan molones en el packaging pero que al leer la etiqueta te quedas con cara de “¿almidón de qué?”. ¡Agh!

Te están vendiendo la moto. Muchos de estos productos están llenos de harinas refinadas, que básicamente son azúcar disfrazado. Subidón de glucosa, bajón anímico y a tu pobre intestino irritable le da un patatús… y últimamente ya he hablado mucho de lo que el azúcar hace a nuestro organismo, y de cómo alimenta la maldita candidiasis intestinal.

Lucía nos recuerda que el verdadero objetivo es que el pan sin gluten sea nutritivo y no solo un “rellena tripas” para matar el antojo.

¿Cómo conseguimos eso? Pues con ingredientes de calidad y una receta que parece sacada del laboratorio de un alquimista, pero que en realidad es facilísima.

Ingredientes top para el mejor pan sin gluten casero del mundo mundial

Aquí va la lista mágica. Y ojo, no te asustes si ves algún ingrediente raruno, que todo tiene su explicación:

  1. Harina de almendras (150 g aprox.): Puedes usar almendras enteras peladas y triturarlas en casa. Alternativa: harina de otros frutos secos o semillas (nada de pipas del parque, porfa).
  2. Harina de trigo sarraceno (160 g aprox.): La reina del drama sin gluten. Si no te gusta, puedes cambiarla por harina de arroz integral o harina de avena sin gluten.
  3. 30 gramos de Psyllium en polvo: La clave para que el pan no se desmorone como tus planes de hacer deporte cada lunes. Con una cucharada basta.
  4. 20 gramos de lino molido o chía molida.
  5. 17 gramos de levadura de repostería o polvo de hornear: Para que tu pan no salga más plano que tu entusiasmo un martes por la mañana.
  6. 1/2 cucharadita de sal: Un poquito de sal para darle vidilla.
  7. 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra: El oro líquido. Pon un chorrito para que el pan quede jugoso y brillante, como tú después de un día de autocuidado.
  8. 3 cucharadas de vinagre de manzana sin filtrar o limón: El toque ácido que ayuda a que el pan fermente como debe y a tu intestino a estar más contento que un niño con helado.
  9. Una pizca de bicarbonato (opcional, pero sube más).
  10. Y agüita claro!! 420 ml de agua.

Ingredientes opcionales (pero muy recomendables)

  1. Lino molido: Ayuda a la textura y a darle un extra de omega-3. Si puedes, ¡úsalo!
  2. Bicarbonato: Si quieres un pan más esponjoso, el bicarbonato es tu amigo.

Pasos para crear el pan sin gluten más rico que vas a probar 😋

  1. Precalienta el horno a 180°C. Esto es como calentar los motores antes de una maratón, importante.
  2. Mezcla las harinas de almendra y trigo sarraceno en un bol. Si has hecho la harina casera, apláudete a ti mism@ porque ya eres un pro.
  3. Añade el psyllium, el lino y la sal, y mezcla bien. No te saltes este paso, que luego te arrepientes.
  4. Incorpora la levadura de repostería y el bicarbonato (si has decidido usarlo).
  5. Una vez hecho esto, sin remover en el paso anterior, se vierte encima el aceite de oliva con el vinagre de manzana (o limón). No te asustes si parece pegajosa, es normal.
  6. Ahora remueve rápidamente para que el psyllium y el lino actúen y se cree una masa más espesa y pegajosa a medida que pierde humedad.
  7. Déjalo reposar unos 5 minutos en el blog. Este paso es clave para que el psyllium haga su magia y la masa coja cuerpo. Y forra el molde con papel de horno.
  8. Forma tu pan: Puedes hacer una hogaza, bollitos o incluso pan de molde si tienes el molde adecuado. Sé creativ@.
  9. Hornea durante unos 60 minutos a 180 grados con calor arriba y abajo y sin ventilador.
  10. Cuando esté listo, sácalo del horno, desmóldalo y deja que se enfríe encima de una rejilla. No lo cortes hasta que no esté totalmente frío, para que termine de cocinarse con el calor residual.

Conclusión: Pan y circo, pero del bueno

Hacer tu propio pan sin gluten no es solo una cuestión de salud, es un acto de amor propio. Porque comer bien no es opcional, y menos cuando tienes un intestino y un ciclo hormonal que parecen estar en guerra constante.

Así que anímate, porque si tantas personas lo harán ¡tú también puedes! (y de paso me animo a mí misma para hacerlo) Y ya verás cómo, después de probarlo, no querremos volver a mirar ese pasillo de panes industriales.

El día que lleve a cabo esta receta y si realmente se convierte en el mejor pan sin gluten casero, pienso poner fotos y comentarios para apoyar esta receta.

Y de paso te animo a que sigas a Lucía porque su contenido es de mucha calidad y ya ha ayudado a muchas personas en esta última década a transformar sus vidas a través de la cocina!.


¿Te interesa conocer más sobre el colon irritable, la alimentación antiinflamatoria y dietas según tu condición?

Aquí os dejo algunos recursos para mejorar tu relación con la inflamación de tu cuerpo, que voy construyendo poco a poco con diversos recursos:

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