¡Hola bonita! La progesterona es esa hormona que suele brillar poco en la narrativa popular (el estrógeno suele llevarse los titulares), pero sin ella, nuestros ciclos, nuestros embarazos y nuestra salud mental serían un campo de batalla aún más hostil.
Hoy quiero hablarte de la progesterona, sus efectos secundarios, cómo cambia a lo largo del ciclo menstrual y por qué puede ser tan paradójica: necesaria, calmante… pero en algunas mujeres, una bomba emocional. Especialmente si sufres de síndrome premenstrual (SPM) o trastorno disfórico premenstrual (TDPM).
Escribo este artículo a raíz de una entrevista maravillosa que vi a Juani Lafaja en el primer congreso para la salud hormonal femenina de Ginevitex.
Yo misma recorro este camino con el colon inflamado, muchas emociones por mes y un largo historial de tratamientos que no siempre me sentaron bien.
Por eso, en este blog, comparto lo que voy aprendiendo para que tú no tengas que recorrerlo sola.
El ciclo menstrual y la montaña rusa de la progesterona
Durante la primera mitad del ciclo, la protagonista es el estrógeno.
Luego de la ovulación, sube la progesterona, que se encarga de mantener el revestimiento del útero por si hay embarazo y, si no lo hay, desciende de golpe antes de la menstruación.
En teoría, la progesterona debería ser una aliada: calma, relaja, mejora el sueño.
Pero en algunas mujeres, sobre todo aquellas con TDPM, el problema no es tanto la cantidad sino cómo el cuerpo responde a ella.
⚠️ Progesterona efectos secundarios frecuentes
- Cambios de humor
Irritabilidad, tristeza, ansiedad o sensación de estar emocionalmente apagada. Muy comunes en mujeres con TDPM. - Fatiga o somnolencia
Puede tener un efecto sedante, especialmente en las primeras semanas de uso. - Dolores de cabeza o migrañas
Algunas mujeres experimentan cefaleas cíclicas tras iniciar el tratamiento. - Sensibilidad en los senos
Puede generar inflamación o dolor mamario similar al del síndrome premenstrual. - Hinchazón y retención de líquidos
Es habitual sentirse más pesada o notar que la ropa aprieta. - Náuseas o malestar digestivo
Sobre todo si se toma por vía oral y en ayunas. - Cambios en el apetito o en el peso
Aumento de hambre emocional o acumulación de grasa, especialmente abdominal. - Acné o alteraciones en la piel
Algunas formas de progesterona (especialmente sintéticas) pueden empeorar el acné. - Disminución de la libido
Algunas mujeres notan un descenso del deseo sexual al iniciar el tratamiento. - Depresión o pensamientos oscuros
Aunque no es común, puede darse en mujeres con sensibilidad a los metabolitos de la progesterona. Si esto ocurre, es importante buscar apoyo médico inmediatamente.
Progesterona y embarazo: la misma hormona, dos mundos distintos
Durante el embarazo, la progesterona se dispara y se mantiene alta para evitar contracciones y proteger al feto. En muchas mujeres, esto produce un efecto tranquilizante y estabilizador.
Pero no en todas.
En mujeres con SPM o TDPM, esta subida puede intensificar síntomas como la irritabilidad, tristeza, ansiedad o incluso estados depresivos. ¿La razón? No es que tengan demasiada, sino que su sistema nervioso y su microbiota no la metabolizan bien, o que sus receptores hormonales son más sensibles a sus metabolitos.
Sin embargo, a pesar de que aumente en el embarazo, de acuerdo a lo que comenta Juani Lafaja en la entrevista, al cambiar nuestro sistema inmune para no atacar al bebé, esta subida es tolerada y muchas viven el embarazo como una luna de miel.
Y este fue mi caso efectivamente… hace unos meses sentía una estabilidad que no recordaba haber sentido en mi vida… y que me hizo pensar en lo «fácil» que sería la vida sin sufrir este trastorno.
Esto también explica por qué algunas mujeres, al tomar progesterona (con el sistema inmune preparado para atacar) en tratamientos de fertilidad o como anticonceptivo, se sienten emocionalmente peor, a pesar de tenerla baja de partida.
Inflamación, autoinmunidad y metabolización hormonal
Aquí entra el gran villano silencioso: la inflamación crónica.
Cuando el cuerpo está inflamado (como ocurre en el colon irritable, enfermedades autoinmunes o desequilibrios intestinales), el hígado y la microbiota no logran procesar bien las hormonas.
Esto genera una acumulación de metabolitos de la progesterona que pueden tener efectos excitantes o depresivos en el cerebro.
Sí, leíste bien: la forma en que metabolizas la progesterona puede determinar si te calma o te arrastra al abismo emocional.
Además, muchas mujeres con TDPM o problemas hormonales presentan desequilibrios autoinmunes de base que alteran los receptores hormonales o la capacidad de respuesta del sistema nervioso.
La buena noticia es que hay pasos que podemos dar para mejorar esto.
Qué ayuda: dieta, estilo de vida y suplementos clave
- Dieta antiinflamatoria: la base de todo. Aquí te dejo ideas para empezar con un menú antinflamatorio realista y rico.
- Soporte hepático y digestivo: incluir alimentos como alcachofa, cúrcuma, brócoli, y apoyar con probióticos y enzimas digestivas.
- Reducir toxinas hormonales: evitar plásticos, pesticidas y cosméticos con disruptores endocrinos.
- Ejercicio moderado, descanso profundo y gestión del estrés: lo de siempre, pero aplicado con compasión.
- Suplementos recomendados (siempre con acompañamiento profesional): magnesio, vitamina B6, vitex agnus-castus o sauzgatillo, y omega 3.
¿Y si ya tomas progesterona y no te sienta bien?
Esto es más común de lo que parece.
Muchas mujeres con TDPM sienten que sus síntomas empeoran con la progesterona oral o vaginal. La solución no siempre es dejarla, sino buscar formas de mejorar la metabolización, ajustar la dosis o formato, o trabajar desde la raíz con dieta, microbiota y salud emocional.
Recuerda que cada cuerpo es distinto, y lo que a una le sienta bien, a otra puede desestabilizarla.
Este blog existe por ti y para ti
En 20porciento hablo mucho de TDPM, dieta antiinflamatoria, ansiedad y depresión, porque yo también estoy en ese camino.
Tengo colon irritable, un cuerpo sensible a los cambios hormonales (TDPM), y muchas veces me sentí sola, perdida o frustrada con los tratamientos.
Por eso creé este espacio: para que no tengamos que pasar por lo mismo sin respuestas.
La salud intestinal es una de las grandes claves para mejorar nuestra salud hormonal femenina, y sanar empieza por entendernos mejor.
Un mensaje de esperanza
Si sientes que la progesterona te altera en vez de ayudarte, no estás sola. Si tu cuerpo reacciona raro, no es que esté fallado. Es que necesita ser escuchado desde otro lugar.
Hay caminos más amables. Y aunque el sistema aún no esté completamente preparado, aquí estamos, juntas, aprendiendo y avanzando paso a paso.
💚
💡 20porciento se basa en la regla de Pareto: el 20% de lo que haces tiene el 80% del impacto. En tu salud, ese 20% puede ser entender tu cuerpo y tu ciclo menstrual, comer con consciencia o dormir una hora más. Cambios pequeños, efectos enormes.