El dolor en el pecho puede ser una experiencia alarmante, desencadenando preocupaciones inmediatas sobre la posibilidad de un infarto. Sin embargo, no todas las molestias en esta área son indicativas de problemas cardíacos. La ansiedad es una causa común de dolor en el pecho, y diferenciar entre estos dos orígenes es crucial para gestionar adecuadamente nuestra salud. En este artículo, exploraremos las diferencias entre el dolor en el pecho debido a la ansiedad y el provocado por un infarto, por qué ocurren, y qué podemos hacer al respecto.
Diferencias clave entre el dolor en el pecho por ansiedad y por infarto
Dolor en el pecho por ansiedad:
- Generalmente se describe como una opresión o una sensación de presión.
- A menudo se acompaña de síntomas de ansiedad como palpitaciones, sudoración, náuseas, o sensación de pánico.
- Puede quitarse o mejorar con la respiración profunda o el movimiento.
- Suele ser de corta duración y varía en intensidad.
Dolor en el pecho por infarto:
- A menudo se describe como una presión intensa, como si algo pesado estuviera aplastando el pecho.
- Puede irradiar a otros lugares como el brazo izquierdo, la espalda, el cuello, la mandíbula o el estómago.
- Se acompaña de síntomas como sudoración fría, náuseas, mareos, o dificultad para respirar.
- Generalmente dura varios minutos y no mejora con el cambio de posición o la respiración profunda.
Por qué se produce el dolor en el pecho
El dolor en el pecho por ansiedad generalmente resulta de la respuesta de lucha o huida del cuerpo. Cuando estamos ansiosos, nuestros cuerpos se preparan para enfrentar una amenaza, lo que puede incluir el aumento de la frecuencia cardíaca, la tensión muscular, y la hiperventilación. Estas respuestas pueden provocar sensaciones de dolor o molestia en el pecho. Además suele combinarse con otras serie de efectos tales como los mareos, temblores o alteraciones en la visión.
En contraste, el dolor en el pecho durante un infarto se debe a una interrupción del flujo sanguíneo al corazón, generalmente por un bloqueo en una o más de las arterias coronarias. Esto impide que el oxígeno llegue al músculo cardíaco, causando daño o muerte del tejido, lo que se traduce en dolor.
Mecanismos en el cerebro y el cuerpo
- Ansiedad: La activación de la amígdala, una región del cerebro asociada con la respuesta emocional al miedo, desencadena la liberación de adrenalina, lo que aumenta la frecuencia cardíaca y la tensión muscular, incluida la del pecho.
- Infarto: La reducción del flujo sanguíneo al corazón conduce a un proceso complejo de daño tisular. Las señales de dolor se envían a través del sistema nervioso hasta el cerebro, donde se interpreta como dolor en el pecho.
Cómo manejar el dolor en el pecho por ansiedad o infarto
Por ansiedad:
- Practicar técnicas de respiración profunda para controlar la hiperventilación.
- Utilizar técnicas de relajación como la meditación o el yoga para disminuir los niveles de ansiedad.
- Buscar asesoramiento o terapia cognitivo-conductual para aprender estrategias de manejo a largo plazo.
Por infarto:
- Llamar inmediatamente a los servicios de emergencia si sospechas de un infarto.
- Tratar de mantener la calma y evitar cualquier actividad física.
- Si se dispone, masticar y tragar una aspirina, a menos que se tenga una alergia o contraindicación para su uso.
Reflexiones finales
En mi experiencia, integrar prácticas de bienestar como la respiración profunda, la actividad física regular, y las técnicas de relajación, junto con el apoyo de la terapia psicológica, ha sido fundamental para manejar la ansiedad y sus síntomas físicos, incluido el dolor en el pecho.
Sin embargo, considero la importancia de consultar a profesionales de la salud ante la menor duda sobre la naturaleza de este dolor. Este equilibrio entre el autocuidado y la supervisión médica es esencial para vivir una vida saludable y plena, libre del miedo paralizante que puede provocar tanto la ansiedad como la posibilidad de un infarto.
Aunque el dolor en el pecho no fue de mis principales síntomas de ansiedad, ante otros síntomas primero me aseguré de que no tuviesen que ver por una causa orgánica antes de aplicar los consejos anteriores.
Referencias
- Kreatsoulas, C., Anand, S. S. (2010). The impact of social determinants on cardiovascular disease. Canadian Journal of Cardiology, 26(Supplement C), 8C-13C. Este artículo examina cómo factores como el estrés pueden influir en el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluidos los eventos que provocan un infarto.
- Pan, F., Wouters, E. F. M., & Wesseling, G. (2007). Anxiety Disorders and the Risk of Cardiovascular Disease. Journal of Anxiety Disorders, 21(7), 885-895. Investigación que vincula trastornos de ansiedad con un incremento en el riesgo de condiciones cardiovasculares, subrayando la importancia de diferenciar entre síntomas de ansiedad y cardíacos.